Travesía al Amazonas
- Maggie

- 30 mar 2022
- 7 Min. de lectura
Soy muy afortunada.
Tuve el privilegio de ser invitada por Jungle Experiences Cruises a conocer una de sus travesías surcando el río Amazonas.
Un viaje lleno de emociones auténticas en total conexión con la naturaleza, que me hizo recordar lo valioso que es el silencio. Y si a eso agregamos la falta de conexión wifi y de televisión, solo te queda respirar profundo y admirar lo que te rodea.
Para estar en contexto, el Amazonas es conocido como el río más largo y caudaloso del mundo, contiene más agua que el Nilo, el Yangtsé y el Mississippi juntos, lo cual es cerca de una quinta parte del agua dulce en estado líquido del planeta.
Ahí comparten su hábitat más de 200 especies de aves, más de 7.300 especies de plantas, más de 2.500 especies de mariposas diurnas, entre otros seres vivos, formando una inmensa y abrumadora variedad de formas y colores.
Más de 40 lenguas nativas se hablan en las diferentes culturas de la selva del Perú.
Distintas culturas y formas de vida que no conocemos y que cuando tomamos contacto con ellas nos maravillamos.
Iquitos: la puerta de entrada a la Amazonía
Les recomiendo si viajan al Amazonas no vayan directamente a la selva sino que se queden una noche en Iquitos.
Al bajar del avión nos recibe un calor y humedad que nos pone la piel pegajosa de inmediato. ¡Hemos llegado a la selva!
Es una ciudad con la particularidad que solo puedes llegar en avión o por barco.
Un lugar muy especial, ruidoso por las miles de motos y moto-taxis, y con la combinación de ciudad y comienzo de selva, lo que le da un cierto equilibrio.
Alojamos en el Doubletree by Hilton, un hotel cómodo con amplias habitaciones y un servicio muy al servicio de los hoteles norteamericanos, adonde prima el confort.
Es una experiencia recorrer las calles de Iquitos. Su arquitectura es bastante peculiar, por lo que encontrarás diversos edificios dignos de visitar, como la Iglesia Matriz, la Casa de Fierro o la Casa Pinasco.
La Casa de Fierro es un lugar que hay que ver. Tiene el encanto de la Europa romántica. Un elegante salón para comer y una terraza que enfrenta a la Plaza de Armas.
La Casa fue diseñada por el francés Gustave Eiffel en 1860 y construida en Bruselas (Bélgica) en la factoría Les forges D’ Aisseau, en 1887.
También les recomiendo dar un paseo por el malecón al atardecer; las vistas son preciosas ¿y el ambiente? muy entretenido. No pueden dejar de visitar sus bares y discotecas donde podrán probar los famosos tragos afrodisiacos de esta región, con nombres tan llamativos como “Rompe calzón” o “Levántate pájaro muerto”
El Barrio de Belén, en el este de Iquitos, es una zona muy humilde a la que llegamos atraídos en primer lugar por el mercado y nos encontramos con las “casas flotantes”, construcciones hechas sobre el agua y que sirven para vivir y también como tiendas, e incluso discotecas. Para recorrerlas, es común hacerlo en bote e ir realizando paradas en los diferentes puntos del barrio.
El mercado es una visita obligada. En él encontrarán todo tipo de comida desde carne de tortuga y caimán hasta bebidas exóticas hechas con frutas de la selva como el Camu Camu y el aguaje. Pasando por artesanías, ropa, flores, y todos los frutos amazónicos.
Para llegar puedes hacerlo caminando desde el centro de la ciudad o tomar un moto-taxi (de los muchos con los que te cruzarás), que te llevarán hasta el punto en el que puedes subirte a un bote para recorrer Belén.

De Iquitos a Nauta: la aventura comienza
Luego del resultado negativo del PCR, subimos al bus que nos llevaría al Puerto de Nauta. Una hora y media de viaje en caminos terrosos y precarios.
Llegamos al embarcadero y caminamos hacia el barco por una ruta incómoda y barrosa.
Un breve camino que nos condujo al “Zafiro” de Jungle Experiences.
Inmediatamente fuimos conducidos a nuestra cabina en el primer piso. Cómoda, amplia, con decoración hecha con maderas y materiales de la zona.
Después del almuerzo y de una charla del jefe de los guías naturalistas acerca de nuestra ruta salimos a una excursión en bote.
Navegamos por el río Ucayali hasta el inicio de la Reserva Pacaya Samiria.
Un paraíso escondido: Reserva Nacional Pacaya Samiria
Pacaya Samiria, catalogado como bosque húmedo tropical inundable, es el paraíso para los amantes de la naturaleza.
Debo decir que es uno de los lugares más fascinantes que he conocido.
Ocupa más de 20.000 kilómetros cuadrados y es una de las reservas más grandes de toda la Amazonía. Además, en el año 2015 fue nombrada como el segundo mejor lugar del mundo para la vida silvestre, por lo que su fauna y su flora son sencillamente alucinantes.
Salimos de expedición nocturna para ver los caimanes y reptiles.
Toda una experiencia, solo iluminados por algunas linternas, en total silencio nuestra lancha avanzaba con el motor apagado. Solo sintiendo el sonido de la naturaleza que con la oscuridad es acentuado por los insectos y los cantos de ranas.
El regreso fue entre risas y mucha alegría ocasionada por una familia de peruanos, una pareja y sus dos niñas.
Llegamos hambrientos, cansados y felices a comer al barco.
Una comida de 5 tiempos nos esperaba como para coronar tan lindo día.
A la mañana siguiente nuestro despertar fue a las 6 am. Para salir de inmediato en lanchas hacia un punto de la reserva en la que nos detuvimos.
Luego de avistar aves y algunos delfines la tripulación nos sorprendió con lindas bandejas de madera con mantelitos bordados por Shipibos. En ella teníamos frutas, queques, jugo y café. Dentro de una canasta hecha con una hoja de plátano encontramos sandwichs, y otras delicias. ¡Realmente inesperado y espectacular!
Fuimos luego a conocer a las pequeñas tortugas Taricayas rescatadas de sus huevos. Cada uno de nosotros eligió una y le dio un nombre. A continuación las fuimos a dejar al río para que volvieran a su hábitat. Desde el río algunos salieron a dar una vuelta en kayak.
Nuestra travesía siguió con una pesca de pirañas. Solo con un palo y una pequeña carnada muchos del grupo lo lograron!
Cabe mencionar que las pirañas son pequeñas y aman las carnadas de carne fresca, de modo que no es difícil lograr pescarlas. Algunos las llevaron al hotel para que el chef las preparara. Fritas o a la plancha son deliciosas!
El Amazonas te muestra a cada momento algún rincón de que te hace enamorarte del lugar. Y con total confianza y seguridad, ya que los que están a cargo de cada actividad son
Guías naturalistas de expedición, con mas de 20 años de experiencia; todos nacieron allí por lo que tienen amor y profundo respeto por la selva.
La caminata por la selva fue algo excepcional, el punto alto en el viaje.
Caminamos en medio del follaje durante tres horas, bajo un sol abrasador y una humedad muy pesada. Todos con pantalones y camisas de manga larga para evitar las picaduras, lo que hacía más pesado el viaje. Algunos con botas o con protecciones en los pies para las serpientes.
Pero eso no importaba ante lo que íbamos viendo, antes los sonidos y los olores de las plantas. Con dos guías naturalistas y un médico.
No olvidaré cuando nos detuvimos ante un nido de termitas, algo similar a un hormiguero, una forma ovalada y dura, como una corteza. El guía puso las manos encima y golpeó suavemente. Las termitas comenzaron a salir, en cantidades increíbles, sus manos se llenaron de ellas. Él se frotó las palmas para a continuación ponerlas sobre sus brazos enérgicamente. Y nos indicó que ese era el mejor repelente natural!
Conocimos arboles medicinales, antibióticos, cicatrizantes. Vimos serpientes, sapos, monos y muchos insectos. Al final de nuestra caminata llegamos a los puentes colgantes.

Los puentes colgantes están hechos aproximadamente a 35 metros sobre el suelo. Su tejido fue elaborado por mujeres de la zona con fibras vegetales de gran dureza y flexibilidad. Tienen 500 metros de extensión para caminar.
Cada persona sobre el puente debe estar a 10 pasos de la persona de atrás, de modo de equiparar el peso. Eso es bueno porque cada uno nos sentimos solos en cada tramo teniendo una vista excepcional de las copas de los árboles y todo lo que allí vive.
Es el mirador exclusivo de la Selva amazónica y muy accesible, ya que no se requieren habilidades o equipos especiales para alcanzarlos.

Nuestro regreso fue por un camino distinto que nos llevó a la orilla del río adonde nuestro barco se había acercado, de modo que no tuvimos que caminar tanto.
Antes de llegar en un claro de la selva nos encontramos con las mujeres de la localidad que nos mostraron su artesanía hecha con fibras de palmera chambira.
Esa tarde yo tenía una hora pedida con la masajista en el spa. Imaginen una camilla con una vista increible del río Amazonas, un olor exquisito y el relax que produce un masaje con aceite. Inolvidable.
Luego del almuerzo tuvimos una charla sobre la Filosofía del Amazonas, la riqueza que guarda y sobre todo la sabiduría encerrada en la selva, en su medicina.
Conocimos a Karura, la chamana de la comunidad. Nos contó su historia y su labor de sanación con plantas a las nueve comunidades que ahí habitan.
Luego de un ritual de sanación a todos nosotros conversó con muchos sobre sus problemas de salud. Una mujer sabia sin lugar a dudas.
Esa noche fue la noche de despedida con el capitán. Tuvimos una cena buenísima en la que destacó un plato con paiche, el pez de agua dulce más grande de todo el Amazonas.
Y luego música y bailes con la tripulación.
Conservo recuerdos imborrables de este viaje, distinto, auténtico, en que todos los sentidos se alegran con la maravilla de la naturaleza.
La tripulación de Jungle Experiences fuera de serie. Desde su directora, siempre dispuesta a atender y solucionar cualquier dificultad; los guías naturalistas, profesionales nacidos en la selva con un conocimiento acabado de cada rincón.
Los mozos, el barman, los encargados de habitaciones (todos hombres) poseen una tremenda amabilidad, esa que se encuentra en el querido Perú.
Lo recomiendo absolutamente, sobre todo a aquellos que quisieran ir a la selva pero el hecho de estar en contacto con los insectos los detiene.
Cuando conoces la selva desde un barco es distinto, porque te adentras en el follaje y los senderos solo cuando es necesario. El avistamiento de pájaros o de animales en los árboles es mejor desde el río. Y al terminar el día, vuelves al barco que te mantiene lejos de los animales y los insectos.
Extraordinario Amazonas, espero volver a encontrarte en un futuro cercano.
Recomendaciones:
Lleva un buen bloqueador solar, el sol es abrasador en los lugares mencionados.
Lleva repelente, ojalá comprado localmente, hecho para la zona.
Lleva botellas con agua, te dará mucha sed.
Lleva ropa ligera y sandalias.
No ensucies, lleva tu basura o bótalo en algún tacho.
Recomienda este lugar, incentiva el turismo!





























































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