Kuelap y los Hombres de las Nubes
- Maggie

- 30 mar 2022
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 1 abr 2022

Tarapoto y el Preambulo de la Aventura.
Es impresionante la belleza del Perú, tanto como la popularidad de los destinos que están al Sur, y es obvio y que sus grandes highlights están ahí: Cuzco, Machu Picchu, Arequipa, Puno, el lago Titicaca y más…
Sin embargo los invito a conocer el norte, destinos increíbles llenos de historia y arqueología. La primera parte de mi viaje comenzó en Tarapoto, ubicada en el Departamento de Amazonas. Su cercanía con la selva la hace calurosa y húmeda, plena de vegetación exuberante.
Como buena región tropical llovía estrepitosamente cuando llegó mi vuelo.
Alojé en el Hotel Sumaj situado a las afueras de la ciudad, con vistas impresionantes hacia los paisajes selváticos. Luego de instalada salí a almorzar con Diana, a quien conocí en el avión, en un moto taxi de tamaño mínimo que velozmente nos llevó a un restaurant adonde comimos patarashca, una sopa de pescado de río y hierbas aromáticas.
Esa tarde descansé para prepararme ante lo que me esperaría en la búsqueda de la ciudad perdida de los Chachapoyas.
Chachapoyas: Llegando al Pasado
Para viajar a Chachapoyas hay que abordar en Tarapoto un pequeño avión de 9 pasajeros para subir a mas de 2600 metros de altura. Al ser un poco mas grande que una avioneta debe tener muy clara la condición climática en Chachapoyas para poder despegar, ya que habiendo lluvia, no hay posibilidad de volar. Como viajé en Enero, temporada lluviosa, debimos esperar al menos una hora a que estuviera despejado para poder salir. El vuelo es algo alucinante ya que el pequeño avión se eleva en medio de la selva tupida y por desfiladeros, las vistas son algo increíble y la adrenalina también! Ya que al mínimo viento se mueve todo y solo te queda encomendarte a Dios.

Para viajar en uno de los vuelos diarios debes hacer reservas con al menos tres meses de anticipación. Espero que esa frecuencia pueda aumentar, porque lo hace accesible a los visitantes, en lugar de las largas horas que puede demorar el trayecto por tierra hasta las alturas de Chachapoyas y que tantos han debido hacer por años ansiosos por conocer esos lugares increíbles.
Alojé en el Hotel Villa París, un emplazamiento muy agradable, con muchas áreas verdes pero con muy poca infraestructura, muy mala señal de internet y poco servicio de restaurant. Eso es un punto común en esa área adonde el desarrollo turístico es escaso, y paulatinamente deberá prepararse para recibir a la gran cantidad de pasajeros que llegarán con los accesos actuales cada vez mas expeditos. Sali en la tarde a recorrer el centro de la ciudad, me impresionó, estilo colonial pintado de blanco con techos cafés, todo muy bien conservado y limpio. Se pueden encontrar artesanos, tejedores, orfebres y apreciar que lo que crean es hecho por sus propias manos.

El Cañon del Sonche: La Joya Escondida de Chachapoyas
Es conocido en Perú el famoso Cañón del Colca, y los viajeros intrépidos han llegado al Cañón del Cotahuasi que es mas profundo. Dejenme contarles ahora que en Huancas, Chachapoyas, puedes encontrar uno majestuoso, y que además podrás disfrutar sin cientos de turistas tomando fotos empujándote por la mejor vista. Se trata del Cañón del Sonche. Quizas no es tan famoso ni tan impactante como los que te menciono pero si es profundo como para que te quedes boquiabierto. Y lo mejor es que cuando llegas sientes que descubriste algo para ti solo!! Con 11 kms. de largo y unos paisajes y colores impresionantes te aseguro que es inesperado. Dada la condición geográfica silba el viento entre la larga grieta y allá muy al fondo se escucha el río Sonche. Inolvidable.
Kuelap y los Hombres de las Nubes
Esa mañana salimos del hotel en bus y luego de una hora de viaje llegamos a Tingo. Dejamos pedido el almuerzo, sí, cómo lo lees, entramos a una casa que no tenía ningún letrero afuera y hablamos con la señora quien nos ofreció opciones para almorzar. De modo que al regreso de nuestro viaje a Kuelap nos esperaba nuestro pedido. Esas cosas solo pasan en lugares con pocos turistas.

Llegamos al teleférico, una obra moderna y grandiosa que permite a los visitantes subir a 3.000 mts. Hasta la ciudadela de Kuelap.
Los Chachapoyas fueron una cultura anterior a los Incas de la que poco se sabe, con grandes conocimientos de la naturaleza. El nombre de la cultura original es la Sachapuyu: Sacha significa bosque de arboles y Puyu significa nubes y humo. Por lo que el nombre significa “hombres de las nubes”.
Caminamos en un terreno duro bajo una lluvia intensa hasta llegar a la entrada de la fortificación, una muralla de 19 mts. de altura. Mi asombro fue instantáneo ante la grandiosidad de lo que conocí: una ciudadela mas antigua que Machu Picchu, y prácticamente escondida a los ojos del mundo durante siglos debido a su altura inaccesible y su ubicación entre árboles.
Una ciudadela del siglo VIII D.C. que tiene mística, misterio, sus viviendas circulares, testimonios de actividades religiosas o chamánicas, me llenaron de preguntas mientras miraba el paisaje increíble desde el cielo con sus nubes arrobadoras hasta lo profundo de los bosques hacia abajo.
Incluso hoy en día Kuelap es desconocido para la mayor parte del mundo por lo que agradezco haberlo conocido en momentos en que pude caminar con total tranquilidad entre sus calles pagando una entrada módica.
The New York Times o National Geographic la han incluido entre los lugares mas atractivos del mundo para visitar.
TIPS: En un lugar como Chachapoyas u otro en altura superior a los 2000 mts. se debe descansar en el hotel al menos dos horas antes de salir a caminar para prevenir “soroches” o el mal de la altura.
Debes ir preparado para el frío debido a la altura, para lluvias de Enero a Marzo y también para algunos rayos de sol fuerte durante el día de Abril a Diciembre.
El Misterio de los Sarcófagos de Karajia
Salimos esa mañana en un minibús hacia el pueblo de Cruz Pata, a 3.200 mts. de altura.
Unos niños corrieron a ofrecernos unos bastones de madera tallados en arriendo a un sol, ya que los necesitaríamos según la guía.
Caminamos durante dos horas en bajada entre barro y piedras, en medio de una lluvia tupida y persistente. Afortunadamente después despejó cuando llegamos al sendero que nos conduciría a una curva del acantilado para observar a pocos metros los Sarcófagos de Karajia.
En el Perú antiguo, el culto a los muertos era de importancia capital. Es por eso que además de los rituales que profesaban, preservaban los cadáveres momificándolos y construyendo la morada en la que descansarían eternamente.
Lo que vimos son seis tumbas en hilera hechas en cerámica con figuras esquemáticas y depositadas en la cavidad natural del cerro en el filo del acantilado.
Estos sarcófagos miden aproximadamente 2.5 mts. de altura y fueron hechos en arcilla.
Originalmente eran al menos 40, pero los desastres naturales sumados a los saqueos han disminuido la cantidad. Lo impresionante es pensar cómo pusieron esos sarcófagos a esa altura ya que están depositados en los espacios de la montaña, como si hubieran sido puestos ahí desde el aire. Otro de los grandes misterios de la humanidad.
Este viaje fue una experiencia que tuvo mucho de místico, ya que eso está presente en todo momento. A eso le sumamos el misterio y las muchas preguntas que me hice en varios momentos, y cuyas respuestas son tradiciones que han pasado de boca en boca por cientos de años. Pero siempre te queda la duda de lo que realmente ahí pasó.





























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